martes, 28 de junio de 2016

15. SER FELIZ

La gente que es feliz,
no es la que tiene lo mejor de todo
sino la que hace lo mejor con lo que tiene.


A lo largo de las entradas anteriores hemos estado viendo la importancia que tiene la autoestima, forjada a través de los héroes y los valores, cuyo aprendizaje hemos adquirido gracias la educación recibida principalmente de nuestros padres; autoestima que nos permite ser fieles a nosotros mismos, sintiéndonos seguros y teniendo fe en nuestras propias creencias, nuestro yo interno, y en nuestra toma de decisiones; autoestima que nos ayuda a escoger y decidir ser felices a pesar del dolor que rodea nuestras vidas, porque adquieres una actitud ante la vida en la que no te abandonas al sufrimiento, victimismo o autocompadecimiento, sino que te enfocas en ser feliz, a pesar de todo.

También hemos visto cómo puedes reinventarte y quererte mucho, aunque no te lo hayan enseñado y la manera de conseguirlo. Y cómo hay ciertos valores, como el valor y la paciencia, que nos ayudan a perseverar, a esforzarnos, a tener esperanza... ¡y lograr nuestra libertad emocional!;  el amor a la vida, a los demás; amor que empieza por uno mismo y que nos ayuda a ser respetuosos, asertivos, empáticos, y por lo tanto, más tolerantes, solidarios, generosos, compasivos... ¡Y más felices! Gracias al autocontrol emocional y a la tolerancia a la frustración.

Pero, ¿tenemos claro qué es ser felices?

Todas las personas buscan la felicidad, pero muy pocas de ellas se sienten felices. Para muchos la felicidad es un estado a buscar y la infelicidad algo que evitar. Pretenden alcanzar la felicidad en un futuro que parece que nunca termina por llegar. Y es esta búsqueda de la felicidad lo que nos causa el sentimiento de infelicidad, porque nuestra vida se convierte en una lucha contra todo aquello que nos hace infelices.

Y así, dedicamos gran parte del tiempo a quejarnos sobre las cosas que nos suceden, cosas que no queremos hacer, personas que nos rodean, y muchas veces incluso terminamos tomando decisiones que nos alejan de lo que realmente nos hace felices.

La felicidad es una emoción positiva, asociada a sentimientos agradables, tendencias de acción específicas, activación fisiológica y pensamientos derivados.  Como cualquier otra emoción, puede ser desencadenada por gran variedad de estímulos y es de corta duración. ¡Por lo tanto, no es posible ser feliz todo el tiempo y en cada momento! Sin embargo, podemos aprender que ser feliz es un estado general que incluye no sólo las emociones, sino también nuestras creencias, pensamientos y acciones.

Por lo tanto la lección más importante es que nuestra lucha contra la infelicidad se encuentra en nuestro pensamiento y en la gestión de las emociones.

¿Por qué las personas felices se sienten así?  Porque DECIDEN SER FELICES. Deciden que no existe nada en este mundo que pueda determinar si puedes o no ser feliz. Porque la felicidad depende de ti, no depende de las cosas que tenemos, ni de las personas de las que nos rodeamos, ni de las cosas que nos suceden en la vida. La felicidad depende de tus decisiones, de lo que quieres y deseas, de lo que eres, de lo que serás y de lo que quieres conseguir. Por tanto un simple CAMBIO COGNITIVO puede hacer que veamos la vida de forma bien distinta.

1. Descubre todas tus virtudes y fortalezas pensando en todo aquello que sabes hacer, que disfrutas haciendo y que sobre todo, te hagan sentir bien.

2. Enfócate en el ahora, y deja de preocuparte por lo que te deparará el futuro.

3. La felicidad siempre está ahí. No va y viene. Permite su presencia aceptando las cosas tal y como son, dejando fluir las emociones, adaptándote, sabiendo convivir con lo que te toca, apreciando lo que tienes y no echando la vista atrás para ver lo que fuiste y/o perdiste...

En definitiva, construye sueños nuevos.

lunes, 27 de junio de 2016

14. TOLERAR LA FRUSTRACIÓN

El fracaso es sólo la oportunidad
de comenzar de nuevo...
¡De forma más inteligente!
Henry Ford


Vivir  es ilusionarse, es desear, es emocionarse. En su más remoto origen, el deseo y la ilusión, como motores de la acción humana, son simples respuestas instintivas.

Cuando deseo y realidad no coinciden, entra en primer plano la frustración. La frustración es parte de la vida, no podemos evitarla, ni escapar de ella. Hay que afrontarla.

A partir de aquí surge la tolerancia a la frustración. Es decir, la habilidad para manejar con inteligencia la situación cuando no conseguimos aquello que queremos.

Para mantener nuestro bienestar psicológico, nuestro cerebro debe percibir control de la realidad. Cuando se pierde ese control surge la frustración como mecanismo de recuperación de ese bienestar. Por eso es fundamental aprender a tolerar la frustración, a darle la bienvenida, y a abordarla con sabiduría para sentirse bien de nuevo, incluso mejor que antes, ya que se aprende a afrontar con éxito las dificultades y problemas que se presentan en nuestras vidas.

Tolerancia significa respetar, aguantar algo que no queremos o entendemos. Significa superar un escollo, aceptar lo que no se ha deseado. Por eso tolerar la frustración es parte de nuestra inteligencia.

Si nos encontramos ante una ofensa, se despliegan de forma automática  la frecuencia cardíaca o la liberación de hormonas, como forma de poner al organismo en marcha,  y éstos no pueden controlarse. Sin embargo, lo que se refiere al plano del comportamiento, a lo que hacemos con esa explosión emocional, sí que puede controlarse.

Para ello las pautas educativas son fundamentales:

1. Comprender la frustración, aceptar la ira y ser amable con ella.

2. Pero ser firme con lo que decimos y sabiendo decir no: mediante la empatía, la coherencia, la claridad y la brevedad.

3. Defender el lenguaje interior y dejar que nuestro yo interno tome sus propias conclusiones, que sea capaz de pensar, apoyándonos en los argumentos en contra de la justificación de nuestra ira.

Es decir, debemos actuar con amabilidad con las emociones, pero ser firmes y coherentes con las conductas.

De una experiencia frustrante, se puede salir fortalecido y empoderado o por el contrario, desesperado y colérico. Lo hay que conseguir es buscar un equilibrio inteligente, mediante nuestro autocontrol emocional, entre nuestros deseos y obligaciones.

domingo, 26 de junio de 2016

13. AUTOCONTROL EMOCIONAL

El secreto del cambio,
es enfocar toda tu energía
no en luchar contra tus emociones negativas,
sino en construir nuevas emociones positivas.



La forma en que interpretas tus emociones puede cambiar la forma de cómo las vives. De hecho, la forma en que reacciones frente a una emoción en particular, condicionará cómo actúa sobre ti. Por ejemplo, si te sientes nervioso ante la idea de dar una conferencia en público, es porque estás interpretando esos nervios como algo negativo, lo que envía a tu cuerpo una señal de salir huyendo; sin embargo, si interpretas esos mismos nervios como un reto y ganas de hacerlo bien, controlarás la situación, que es la misma en ambos casos, pero el resultado será distinto: probablemente te saldrá bien.

No puedes evitar sentir emociones. Tu cuerpo te proporciona la energía para hacer algo, pero cómo usar esa energía lo decides tú. Por eso es necesario aprender a gestionar las emociones y a identificar las señales que te indican que vas camino de no poder dominar tus emociones porque una vez te dominan, eres poco más que un animal salvaje acorralado...

Intentar no pensar en lo que te preocupa, relajarte y respirar hondo, liberar tensión, presionarte para tener pensamientos positivos ... No funciona. Sucede el efecto contrario. Un efecto rebote donde piensas aún más en ellas, te tensas más, etc.

Sin embargo:

1. Recordar tus virtudes y éxitos te ayuda a un mayor control emocional al utilizar la autoafirmación; consiste en pensar lo que te ha provocado esa emoción, pero reduciendo su significado negativo.

2. Distraer tu emoción hacia un asunto concreto:  Las personas que mejor gestionan sus emociones han aprendido a usar la distracción  para bloquear sus estados emocionales cuando prevén que van a experimentar emociones intensas. Esta técnica consiste en desvincularse de la emoción negativa centrando tu atención en pensamientos neutrales.

3. Pensar en un futuro más inmediato: Las emociones muy intensas pueden provocar que te olvides de que hay un futuro y que tus acciones tendrán consecuencias. Aunque en ese  momento sólo seas capaz de vivir el presente y tu frustración, ¿te seguirá importando dentro de cinco días o de un mes?...

4. Meditar habitualmente: así como intentar relajarse cuando te asaltan las emociones negativas no es muy eficaz, meditar de forma regular y entrenarse en respirar correctamente, reduce las emociones negativas cuando éstas aparecen.

5. Darse permiso para preocuparse más tarde: intentar suprimir una emoción o pensamiento provoca que vuelva con más fuerza pero posponerla  funciona.

6. Pensar en lo peor que te puede pasar: pensar en lo peor que te podría pasar te ayudará a relativizar tus problemas y a mantener el control.

7. Escribir un diario emocional: mantener un diario sobre lo que has sentido en cierta situaciones, te ayudará a reducir la recurrencia de los pensamientos negativos.

8. Tomarse un respiro para recuperar el autocontrol: la clave está en identificar cuándo tus niveles de autocontrol están bajos y evitar más situaciones emocionales mientras te recuperas.

9. Cuando todo falle, buscar un espejo: cuanto más consciente  seas de lo que estás haciendo, más capacidad de controlar tus emociones tendrás. Y observarte en un espejo incrementará tus niveles de autoconsciencia y te ayudará a comportarte de una manera más sociable.

10. Encontrar el motivo de tus emociones: a largo plazo la clave no está en luchar contra tus emociones, sino en reconocerlas y saber por qué te ocurren. Es decir, lo importante es ser honesto contigo mismo sobre el por qué. Por ejemplo, "estoy enfadado porque siento envidia ya que mi jefa ha felicitado a mi compañera por su trabajo pero a mi no"

Conocer la verdad real de tus sentimientos te ayudará a tratar la causa.

La clave es elegir nuestro pensamiento adecuado para cada momento de nuestra vida, provocando pequeños cambios de hábitos, consistentes en practicar la meditación, la reflexión y el autocontrol para ordenar y jerarquizar nuestra escala de valores.






viernes, 24 de junio de 2016

12. EL VALOR Y LA PACIENCIA

Lo importante es luchar para vivir la vida,
para sufrirla, para gozarla, perder con dignidad,
y atreverse de nuevo.
La vida es maravillosa
si no se le tiene miedo.
Charles Chaplin


El águila es una de las aves más longevas de su especie, llegando a vivir hasta setenta años, pero al llegar a los cuarenta, el pasar del tiempo, le pasa factura a su magnífica juventud, dejándole casi desgastada, con sus garras demasiado curvas y su pico en extremo torcido... 

La naturaleza le brinda dos opciones: vivir más... a base de valor y dolor, paciencia y sacrificio;  o morir y rendirse en pleno esplendor. 

Si escoge la primera de ellas, deberá buscar un lugar en lo alto de las montañas, donde permanecerá por algún tiempo en una faena que muchos escritores han utilizado para simbolizar en el hombre el proceso de cambio o renovación.

Así, el águila empieza su cambio de vida dando constantes y dolorosos golpes a su pico, hasta que logra arrancarlo; deberá con gran paciencia esperar a que salga uno nuevo, con el cual tras un tiempo, empezará a extraer con perseverancia sus desgastadas garras y esperará a que le salgan nuevamente.

Con sus garras y pico nuevos procederá a desplumar su viejo ropaje, logrando su renovación total, y volviendo a surcar los cielos con sus poderosas alas, para vivir un periodo aproximado de treinta años más...

El águila, una de las más bellas especies del mundo animal, con la que personalmente me he identificado siempre, nos enseña que en la vida siempre tenemos la oportunidad de buscar el reposo y la transformación interior para empezar de nuevo.

Nunca os rindáis. Sentiros siempre como espléndidas y magníficas águilas sobrevolando el cielo azul... No sólo por su fastuosidad y porque es la reina de las aves, sino sobre todo, porque siempre lucha con valor y esperanza por vivir, aunque se vea vencida, y desarrolla toda la paciencia ¡para volver a ser extraordinaria




miércoles, 22 de junio de 2016

11. LIBERTAD EMOCIONAL

Vivir, es nacer a cada instante
Erich Fromm


Así es. Cada día tenemos la oportunidad de ELEGIR vivir siendo fieles a nosotros mismos, ESCOGER reinventarnos, DECIDIR creer en el amor y la esperanza, PERSEGUIR nuestros sueños y con todo ello, CREAR nuestra propia magia y ser LIBRES.

Recuerda que el sentido de la vida no consiste precisamente en obtener todo lo que queremos, sino más bien en saber compartir todo lo que tenemos y sabemos.

En el momento en que te enfocas en lo que realmente te hace feliz, porque sabes cómo te hace sentir y tomas las riendas de tus deseos, guiando tu vida con el pensamiento y la coherencia entre lo que piensas - dices - y haces; en el momento en que además, tienes iniciativas propias, pues te mantienes con una actitud abierta al cambio, a lo desconocido, que no teme arriesgarse; y compartes tus pensamientos y actitud ante la vida libremente, siendo auténtico... No sólo es el comienzo de tu libertad emocional, sino también de tu identidad.

De acuerdo con C.S. Lewis, "nunca se es demasiado viejo para fijar otra meta o para soñar un sueño nuevo". Porque el único límite de nuestros logros de mañana está en nuestras dudas de hoy.

Muchos de nuestros sueños parecen al principio imposibles; luego pueden parecen improbables y más tarde, cuando nos comprometemos, se vuelven inevitables. Christopher Reeve.

Y ahí radica tu libertad emocional. Si tienes el coraje de perseguir tus sueños y utilizas todos los recursos que están a tu alcance y  que ya hemos mencionado en anteriores entradas, fundamentalmente la confianza en ti mismo y esa fuerza motriz que es la voluntad; y los pones al servicio de tus pensamientos que dirigen tus deseos para conseguir tus metas, lograrás ser más feliz y más libre.

No importa lo que hicieron contigo. Lo que importa es lo que tú haces con aquello que hicieron contigo. Rompe hábitos, habla de tus alegrías en lugar de hablar de tus penas. Esto último genera una gran adicción y no te permite ser libre.

Ser feliz, ser libre emocionalmente, no es tener la vida perfecta... ¡Porque no existe! Es reconocer, es ser consciente, que la vida vale la pena vivirla a pesar de todas las dificultades.


martes, 21 de junio de 2016

10. REINVENTARSE

Es imposible, dijo el orgullo.
Es arriesgado, dijo la experiencia.
No tiene sentido, dijo la razón.
Inténtalo, susurró el corazón.


Pon la mente al servicio del corazón, porque de principio a fin, todo es cuestión de amor. Pero para ello conócete, acéptate, supérate (S. Agustín). Y sigue tu corazón, pero no olvides traer tu mente.

Nuestro cerebro es como la plastilina. Se puede moldear.

Las emociones son como los virus, se contagian. Por eso debemos entrenarnos en ser felices, lo que nos hace ser también más creativos. Debemos probar nuevas alternativas, en lugar de atrincherarnos en lo conocido, que no funciona. Lo malo es que, el cerebro, que pesa menos de kilo y medio, vive más del pasado y del futuro que del presente, es "miedoso". Nos deprimimos por exceso de pasado y tenemos ansiedad por exceso de futuro. Si encima el cerebro está en un entorno estresante, se apaga su creatividad, se deprime.

Nadie nace con "genes" de felicidad o de tristeza. El cerebro humano puede cambiar células, reconfigurar circuitos. Es más... lo que ocurre en nuestra vida, cambia la forma de operar de esos genes, y esos cambios, incluso, pueden pasar a la siguiente generación.

Cuantos más pensamientos negativos tenemos, mayor ansiedad, depresión y hostilidad; incluso se debilita nuestro sistema inmunológico. Es decir, insatisfacción autogenerada. Cuantos más pensamientos positivos tengamos, mayor alegría, y satisfacción. Es decir,  felicidad autogenerada.

Te voy a proponer una serie de ejercicios para mover neuronas:

1. Amistad: cada amigo feliz aporta un 15% de felicidad. Así que rodearse de este tipo de personas favorece tu bienestar.

2. Abrazos largos: las neuronas necesitan al menos 6 segundos para conectar con la emoción. Ese es el tiempo que debe durar un abrazo como mínimo, para que el proceso químico que supone, se consolide en nuestro cerebro.

3. Recuento diario: dado que el cerebro está preparado para fijarse en las amenazas, es importante entrenarse en el pensamiento positivo: cada día, durante 21 días (el tiempo que se requiere para generar un hábito)  piensa y anota,  al final de la jornada, 10 cosas buenas que te hayan ocurrido durante el día y pasaron desapercibidas.

4. Segundo mágico: es poco tiempo. Pero hay un cuarto de segundo en el que se puede rechazar una emoción negativa. Para ello es importante ponerle nombre y reflexionar si seguirá siendo importante dentro de 5 años.

5. Sonreír sin ganas: al momento uno se siente feliz, se relaja la tensión acumulada. Además sonreír (ya hablaremos más adelante de ello) es una señal de estar más abiertos a los demás, y se percibe rápidamente.

6. Altruismo: ocuparse de los demás ya hemos visto que incrementa sustancialmente la felicidad.

7. Adiós a las rutinas: repetir cada día los mismos gestos, los mismos pasos, es poco estimulante. Es aconsejable realizar pequeños cambios, como escuchar música (también veremos sus beneficios más adelante) diferente al despertarnos, proponer una actividad distinta a la familia, incluso cambiar el orden de tu aseo matinal.

8. Mantente siempre en movimiento: al hacerlo liberarás endorfinas y serotonina, neurotransmisores cerebrales que estimulan nuestro bienestar y reducen el dolor físico y emocional.

9. Divertirse: El sentido del humor relaja la mente al liberar endorfinas que reducen la tensión y la ansiedad, , mejora nuestras relaciones, fortalece y mejora nuestro sistema inmunológico, circulatorio y respiratorio y quizás lo más importante: favorece nuestra autoestima. Esencial para ser feliz.

10. Ser auténtico. Ya hemos visto la importancia de ser fieles a nosotros mismos para ser más felices... Cuanto más en concordancia esté nuestro verdadero yo con lo que mostramos a los demás, más satisfacción y mejores relaciones obtendremos.


lunes, 20 de junio de 2016

9. LA DISYUNTIVA

Todo parece sencillo, y realmente puede serlo. Porque todo depende de ti.

Nadie puede liberarnos de la prisión del dolor, provocado por múltiples, trágicas y diversas maneras. Pero tú puedes ESCOGER. Porque el dolor es inevitable, pero el sufrimiento, es opcional...

Tu eres el amo de tu destino. Ni Dios ni nadie ha escogido un camino para nosotros. Somos nosotros, con nuestras acciones y decisiones quienes fabricamos nuestra suerte, y por tanto nuestra felicidad.

TÚ DECIDES si dejarte arrastrar por el sufrimiento de una pérdida esencial; o por el de una enfermedad, bien sea crónica o gravísima, incluso mortal; o por el sufrimiento que la falta de recursos económicos puede acarrearte; en definitiva, por el sufrimiento en cualquiera de sus formas...
O escoger ser feliz, a pesar de todo...

Y en esa decisión es donde entra tu ACTITUD ante la vida.

Una actitud forjada a base de héroes que nos inspiran y que llegamos a integrar como propios, al reencontrarnos con el héroe interno que todos llevamos dentro. Sólo tenemos que buscarlo, y aferrarnos a él con fuerza.

Una actitud marcada por nuestros valores, aprendidos idealmente desde la infancia, pero que nunca es tarde para REINVENTARNOS.

Una actitud labrada a fuego lento por nuestro amor a la vida, nuestra pasión por experimentar y arriesgarnos, por apreciar el regalo de vivir en toda su increíble extensión.

Una actitud moldeada por la seguridad y la fe en nosotros mismos que nos proporciona nuestra alta autoestima, que hemos trabajado y construido a base de nuestros héroes y el amor. Porque siempre habrá alguien que te ayude a realizarte y a amarte. Sólo tienes que dejar que entre en tu vida y sembrar y recoger. 

Una actitud forjada por nuestras vivencias y errores, que son fundamentales para crecer como personas y entender la vida y a nosotros mismos desde un punto de vista mucho más tolerante y flexible. Recordemos que se aprende más de las derrotas que de los éxitos. Estos últimos generan una gran satisfacción momentánea pero los fracasos nos permiten parar y reflexionar. Echar la vista atrás y descubrir nuestros errores desde la flexibilidad y la relatividad. Nos dan la oportunidad de enaltecernos al perdonar a los demás y perdonarnos a nosotros mismos y de madurar como seres humanos que somos. 

Una actitud ante la vida que se apoya en el amor. Que se deja querer por sus padres, por sus hermanos, por su pareja, por sus hijos, por sus sobrinos, por sus amigos... Por esa familia que ya tenías, mejor o peor, pero que has cuidado, mimado y amado; que has formado con tus elecciones y que te aportan el consuelo y la fuerza para luchar.

Y entonces te das cuenta que ERES INVENCIBLE. Porque con todos esos recursos a tu alcance, el valor de la esperanza y tus sueños, eres libre para cambiar de tu vocabulario "necesito" por "elijo"... Y sientes que LA MAGIA se apodera de tu vida.

domingo, 19 de junio de 2016

8. EL AMOR

Si me quieres, siéntate a mi lado.
y en mis ojos podrás contemplar
arroyos de amor en un lago
inundado con tu mirar.
De mi padre.

El amor empieza por uno mismo. Cuando tu autoestima se ha desarrollado a partir de la conciliación de tus héroes y valores y has conectado con tu héroe interior, eres capaz de amar a los demás, incluso de amarlos incondicionalmente.

Cada día que vivo estoy más convencida de que el desperdicio de la vida radica en el amor que no se ha dado. En esa prudencia egoísta que queriendo evitar el posible dolor, no arriesga nada. Y nos impide alcanzar la felicidad. El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico, el verdadero amor es la aceptación plena de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es.

Y aunque el vínculo de sangre desde mis propios valores es irrompible, la familia la creas tú. Con aquellas personas de tu vida que te quieren en la suya. Que harían cualquier cosa por verte sonreír y que te aman sin importar nada ni nadie ni esperar nada a cambio. El amor de esa familia es el gran pilar que sustenta tu existencia.

La vida es muy corta... Deja de gastar el tiempo con personas tóxicas que no te hacen feliz. Si alguien te quiere en su vida hará un espacio para ti sin necesidad de que luches por uno. Nunca te quedes con la persona que constantemente te ignora. Déjala ir. Recuerda valorar a aquéllas que te acompañan en los mejores momentos pero que jamás huyen en los peores... Sino que se quedan ahí, a tu lado, cuando ni tú mismo te soportas, cuando sientes que te haces pedazos por dentro...

No me cabe duda que los lugares más bellos del mundo son estar en los pensamientos de alguien, en sus oraciones, en su corazón... Pero para eso es necesario salir de tu zona de confort y arriesgarse. Tener coraje y al mismo tiempo fe en ti mismo, así como capacidad de frustración para soportar el fracaso y aprender de él. Si permites que tu corazón sea tu brújula, tu mente sea tu mapa y tu alma sea tu guía, aprenderás a confiar en lo que pueda suceder... Si hay silencio, déjalo estar, algo surgirá. Si hay tormenta, déjala rugir, ya se calmará. Y mientras tanto, expresa tus emociones, no tengas miedo. Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo (Albert Einstein). El misterio es una de las cosas más bonitas que podemos experimentar. Y a veces hay que pasar por caminos difíciles para llegar a destinos maravillosos. Ten en cuenta que la grandeza del amor no se mide por lo que dices que eres, sino por todo lo que das... El amor no necesita ser entendido. Sólo necesita ser demostrado (Paulo Cohelo). Lo que des, bueno o malo, no quedará atrás. Porque el que siembra, recoge. Y un día dará la vuelta y vendrá a visitarte. Sin lugar a dudas todo lo que vívidamente imagines,  ardientemente deses, sinceramente creas y con entusiasmo emprendas, inevitablemente te sucederá. Así que sueña con el amor, cree, confía en él y sé audaz! Porque quien ama, en cualquiera de sus formas, es feliz. Y hace feliz a los demás. Esa es la alegría de la vida...

Es tan hermoso encontrar el amor de tu vida todos los días en la misma persona... Para ello deja que tu alma hable con los ojos, que bese con la mirada (Gustavo Adolfo Bécquer). Porque en el amor, uno y uno son uno. (Jean Paul Sartre). Y Porque los pilares de una relación duradera se construyen a partir de la atracción intelectual que nunca pasa y de compartir los mismos valores.

Sentirás que tu corazón es perfecto porque todos a quienes amas y te aman están dentro de él.


viernes, 17 de junio de 2016

7. SER FIEL A UNO MISMO

Llega un momento en la vida en que integramos nuestros héroes y valores aprendidos, y conectamos con nuestro héroe interno.  Es entonces cuando el desarrollo de nuestra autoestima se ha completado y con ella, la seguridad, confianza y fe en nosotros mismos.

A partir de ese momento somos capaces de ser fieles a nosotros mismos. Las personas más infelices que conozco son aquellas que se preocupan demasiado por lo que piensen los demás. No necesitamos complacer a nadie: sólo a nosotros. Y esto es esencial porque si intentamos impresionar a toda costa nos disfrazamos. Y entonces muere nuestra esencia. Por lo que dejamos de ser fieles a nosotros mismos.

Una persona segura de sí misma y despreocupada "por el qué dirán"" es la que deja huella de verdad. Digamos que, quien se atiende a sí mismo, se convierte en alguien más puro, más real, más pleno. Ser naturales y trabajar nuestros verdaderos deseos es la clave para ser más felices. Recuerda: ¡que se mueran los feos (de corazón)". Tú sobrevuela sobre el inmenso cielo azul  como una espléndida águila real.

En mi experiencia personal os voy a relatar algunas de las parcelas que hacen que sea fiel a mi misma:

1. Ayudar a los demás. Sin generarte ninguna expectativa, sin esperar nada a cambio, sólo dar por mero altruismo y solidaridad, es una de las experiencias que más felices te pueden hacer. Porque "da más, quien más tiene".

2. La satisfacción del deber cumplido. Pocas cosas nos harán tan felices como sabernos en paz con nuestras obligaciones y enorgullecernos por nuestro esfuerzo. Ya sabes: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Porque la suerte se la fabrica uno. Con su constancia, con su preparación. Por eso mantente al día e informado; investiga, lee, estudia. Persiste en mejorar y crecer. Pon a prueba tu fuerza de voluntad para luchar sin descanso hasta conseguir tu meta.

3. Ser asertivo. Expresar tus sentimientos libremente, pero midiendo tus palabras, sin hacer daño a los demás, pero tampoco guardándote "los sapos"... Porque no es sólo lo que se dice, sino también cómo se dice. Comportarse como un "ratón" sumiso, te genera sentimientos de agresividad a la larga, y hace que te sientas como un cretino. Comportarse como un "león" agresivo y decir lo primero que se te pasa por la cabeza, a costa de quien sea, te acaba mermando y haciéndote sentir sumamente culpable. Procura comportarte como un delfín: inteligente, simpático y amable, que piensa antes de hablar, que reflexiona, que vive con dosis de locura pero que tu espontaneidad no es algo que lamentar, sino que disfrutar... y que te hace feliz.

4. Perdonar. Errar es humano, perdonar divino... Se trata de un acto de voluntad que requiere coraje y disciplina. Cuando perdonas liberas tu alma. Te sientes en paz y en armonía contigo y con la vida. Y de igual importancia es perdonarse a sí mismo. Una de las maravillas más difíciles de conseguir y que te generarán la felicidad más grandiosa. Recuerda que lamentarse por lo que hiciste mal y perdonarse, siempre será mucho mejor, que lamentarse por lo que pudiste hacer y no hiciste... y ya es demasiado tarde. Libera tu espíritu, perdónate. Serás más feliz.

5. De lo que calles eres el amo y de lo que hables el esclavo. Ojo con irte de la lengua. Con dejar que una vanidad transitoria te domine y presumas de aquello que ni siquiera te pertenece. Medita las consecuencias de contar lo que sabes, sus repercusiones. Puedes hacer mucho daño sin querer y eso te proporcionará infelicidad. Sé pudoroso también con tu intimidad. Compártela si quieres, con aquéllos que se han ganado el privilegio de tu confianza. Pero no cuentes aquello que no es tuyo. Haciéndolo te harás respetar, tus amigos confiarán en ti y la amistad será verdadera.

6. Al mal tiempo buena cara. Es una de las cualidades que más felicidad producen a uno mismo y a los demás. El humor se contagia. Una persona capaz de sobreponerse a la frustración y buscar una solución o negociar un pacto, demuestra su inteligencia, su distinción y que es capaz de ser "un junco"en la vida, que se adapta a lo que sucede, que flexibiliza, y que saca algo bueno de cualquier cosa. Y eso te hace más feliz.

7. Ser consecuente. "A lo hecho, pecho". Hagas lo que hagas, asume las consecuencias de tus actos. Te sentirás más noble y valiente. A fin de cuentas, las cosas tienen la importancia que uno les da. Y el reto que te generará superarte a ti mismo la próxima vez, te aportará mucha felicidad.

8. Escuchar. Con el corazón. No sólo a ti mismo; también a los demás. Es una cualidad en peligro de extinción que sin embargo te aporta una inmensa felicidad. Al escuchar, ensanchas tu compresión, amplías tu tolerancia, tu empatía, tu consideración, tu sensibilidad... Valores que ya hemos visto son fundamentales para ser feliz.

9. Vivir el presente. Quien se ancla en el pasado no avanza, no supera sus miedos ni sus pérdidas; no es feliz. Que el pasado forme parte de tu esencia y tus recuerdos te sirvan para enorgullecerte de quién eres. Tampoco vivas para el futuro; ni siquiera para el fin de semana. Todo se convertirá en prisas, en planificaciones que probablemente ni se cumplan. Y te perderás el maravilloso día a día, con sus múltiples pequeños momentos de felicidad.

10. Hacer ejercicio y cuidar tu alimentación. Sí. Ya sabemos todos que "somos lo que comemos". No se trata de hacer dieta ni de obsesionarse por las calorías. Porque iremos en contra de nuestra felicidad. Se trata de buscar un equilibrio ¡y como nos queremos muchísimo nos gustaremos de cualquier modo! Nutrirnos adecuadamente y hacer ejercicio suave de forma continuada nos proporcionará  mayor bienestar y por tanto, felicidad.


jueves, 16 de junio de 2016

6. LOS VALORES

Educar en valores es otro de los recursos vitales para ser feliz. Esos valores idealmente se deberían adquirir en el seno de la familia siendo complementados con la educación escolar. Pero si no tienes la oportunidad de crecer en una familia estructuralmente saludable, siempre puedes acudir a tus héroes... E inspirarte en ellos. A veces también sucede que crecer en una familia tóxica nos enseña precisamente todo lo contrario a lo que deseamos ser. Como dijo Nelson Mandela: "tú eres el amo de tu destino. Eres el capitán de tu alma".

Mens sana in corpore sano. Pero sin descuidar la otra faceta fundamental de nuestra existencia: el espíritu. Los valores alimentan el alma y nos ayudan a  ver la vida con perspectiva, a relativizar, a adaptarnos, a ser flexibles, a tolerar mejor la frustración, a afrontar la vida orgullosos de lo que somos y de lo que podemos conseguir, a saber ponernos en la piel del otro y tratar a los demás como deseamos ser tratados, de tal forma que al contagiar felicidad y entusiasmo te rodees de personas como tú, que te enriquecen y te apoyan...

Valores tan esenciales y que se están perdiendo como la capacidad de sacrificio, el esfuerzo, la perseverancia, el coraje, la abnegación, la humildad, la distinción, la nobleza, el sentido del deber y de la justicia, la verdad, la generosidad, la compasión, la tolerancia, el respeto, la amabilidad y la consideración, la gratitud, la sensibilidad, la lealtad y la fidelidad,  la esperanza, la paciencia...

Todas las personas atravesamos por dificultades. Y para cada uno de nosotros "lo nuestro, es lo más". No hay un termómetro para el sufrimiento como tampoco lo hay para la felicidad. Pero si nos aferramos a nuestros valores, a nuestras fuentes de inspiración y a nuestra autoestima, podemos conseguir usar ese dolor como una medalla de honor, en lugar de una excusa para sentirnos miserables. Y eso demuestra sin lugar a dudas, de qué pasta estamos hechos y nos enaltece el alma.

El regalo de la adversidad no sólo te da la posibilidad de convertirte en un ser humano más fuerte y más compasivo, sino que también hace que pases de ser una persona común a un ser extraordinario.








miércoles, 15 de junio de 2016

5. LA VIDA ES UN REGALO

Cuando sientes que la vida es un regalo, que no te debe nada, que no es justa o injusta, ni merecemos esto o lo otro, porque eres tú, con tu inspiración y esa autoestima capaz de todo quien fabrica su propia suerte y el artífice de tu felicidad... ¡eres imparable!

Alguien dijo una vez que el agradecimiento es la elegancia del espíritu. Valora tu vida, lucha porque sea lo más feliz posible; a fin de cuentas como tantas veces escuché en boca de mi padre las palabras de Ramón de Campoamor: "nada es verdad ni es mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira".

Aprende a contemplar la vida como lo que es... Un regalo que hay que mimar, cuidar y saborear... Escuchamos tantas veces eso de: "Carpe Diem" (vive el momento),  "Hakuna Matata" (no te angusties),  resiliencia (capacidad de superación), ser proactivos (poner los medios para conseguir algo), todo depende de nuestra actitud... pero, ¿qué hacer con todo eso si no amas vivir? Si no disfrutas de los pequeños placeres del día a día porque no eres capaz de apreciarlos... Si tomar un café recién hecho en el silencio de la mañana no te resulta algo delicioso... Si charlar con tu pareja o tu mejor amigo no te parece lo mejor que te podría estar pasando en ese momento... Si abrazar y besar a tus hijos no te resulta la experiencia más enternecedora y sublime...

Quien no está enamorado de su existencia, sólo es feliz cuando cree que consigue "la gran felicidad": esas pedazo vacaciones, ese trabajo impresionante, ese cochazo o ese dinero que tanto necesita y le quita el sueño.

Y se pierde la felicidad del día a día... porque vive para el futuro. Se amarga porque no llegan ni el coche, ni las vacaciones, ni el dinero. Y renuncia a ser feliz... Por lo que cuando llega una pérdida terrible, una enfermedad o algo irremediable, se hunde. Se paraliza. No vive.

4. QUERERSE MUCHO

Con un héroe o heroína en tu vida para inspirarte, no puede faltarte la autoestima. Emulando a Jack Kerouac: "Enamórate de tu existencia". Quiérete, mucho, muchísimo... Da igual como seamos... Porque si nuestra autoestima es alta sentiremos siempre que somos únicos y especiales, excepcionales en nuestra diferencia.

Algunos padres creen que educar a sus hijos en la humildad, la sencillez y la ausencia de orgullo es lo más honorable, justo y adecuado. Pero quererse a uno mismo no está desligado de estos valores. El orgullo bien entendido es un recurso más a nuestro alcance para ser feliz y no está necesariamente acompañado por la prepotencia, el narcisismo o el engreimiento.

Todavía veo a mi padre, habiendo perdido su mano hábil de un tiro de escopeta en un accidente de caza, mirándome con sus profundos ojos verdes y esa sonrisa con la que siempre se tomaba la vida y que parecía parte de su rostro, darse besos en los brazos y decirme que hiciera lo mismo, al tiempo que entre guiños y risas nos decíamos: "¡me quiero mucho, me quiero mucho!"... Y en la noria de la vida, aquí estoy yo ahora haciendo lo mismo con mis hijos...

Si te quieres, crees en ti. Confías en ti. Te sientes capaz de cualquier cosa. Y la vida sonríe a quienes sienten y piensan así. Porque les pase lo que les pase, siempre extraerán una enseñanza y verán lo que les ocurre como una oportunidad. Y no como una desgracia. 

3. TENER HÉROES

Sin lugar a dudas, tener un héroe en tu vida, si es de niño mejor, es uno de los principales secretos para ser feliz. No todos tenemos esa suerte, pero siempre habrá una persona especial que te contagie felicidad, entereza, amor por la vida, ganas de aprender, de ilusionarte y ser curioso, en tu entorno; y sino, búscala: en el cine, en los libros, ¡incluso en tu imaginación!

Los héroes nos insuflan todo aquello que deseamos ser y lograr. Una sociedad sin héroes es una sociedad sin rumbo. Perdí a mi héroe, mi padre, con 30 años, en un terrible y fatídico accidente de tráfico. Me lo arrancaron de cuajo en el mismo momento que me diagnosticaron una enfermedad neurodegenerativa crónica... Todavía siento mi corazón aguijoneado y un inmenso vacío imposible de reemplazar...

Podría haberme hundido. Podría haberme rendido a mi propia desesperación. Pero decidí que la mejor forma de honrar su recuerdo era siendo feliz... por los dos... Tenía ante mi el mayor reto de mi vida: ser feliz cuando desde lo más profundo de mis entrañas deseaba morirme...

Pero la vida, aún siendo implacable, es también bella. Y a los 27 años había conocido y me había enamorado perdidamente de quien sería mi marido y el padre de mis tres hijos... Encontré otro héroe, distinto, pero igualmente extraordinario, en quien apoyarme y refugiarme y con quien luchar. Mi compañero inigualable.